Rubén Yebra Gómez,  marzo 2017.

Como todo en esta vida, el deporte está rodeado de números, geometría y relaciones matemáticas al fin y al cabo. El fútbol no lo es menos.

Piénsalo de esta manera: un partido consta de 2 tiempos de 45 minutos (90 en total); dos equipos con 11 jugadores cada uno en el terreno de juego (22 jugadores); un descanso que no puede superar los 15 minutos; cada jugador lleva a la espalda un dorsal que es un número; cada equipo establece un diseño de juego basado en un esquema geométrico: 4-4-2, 4-3-3; los puntos que un equipo debe conseguir para evitar el descenso son al menos 40, cada partido ganado computa 3 puntos, el empate 1 punto y el partido perdido 0 puntos; en caso de empate en al clasificación (que es en función de la relación del sumario de puntos conseguidos) ganará el que más goles a favor tenga…, vamos que todo se basa en relaciones numéricas…

 

El objetivo final de cada equipo en el terreno de juego es introducir el mayor número de veces un objeto dentro de la portería (rectángulo con unas medidas determinadas…), y evitar que el equipo contrario haga lo mismo en la propia, y, ¡solamente usando los pies!

Este es un objeto llamado “pelota”, “balón” o “esférico”. Pero es aquí dónde debemos hacer una pequeña reflexión; ya que realmente no es una esfera.

balon

Es cierto que aceptamos de forma coloquial este término para referirnos a él, pero en realidad se trata de un poliedro, más precisamente por un “Icosaedro truncado”, es decir, está formado por caras planas que son polígonos regulares (con todos sus lados y ángulos iguales entre sí), son pentágonos y hexágonos de iguales aristas.

En el caso del balón hablamos exactamente de 20 hexágonos y 12 pentágonos.

Existe un famoso teorema geométrico, el de Euler, que dice que para todo poliedro formado por pentágonos y hexágonos, el número de pentágonos será siempre de “12”, sea cual sea el numero de hexágonos. Curioso, ¿verdad?

Pero, ¿Por qué lo llamamos Icosaedro truncado?

En realidad es un Icosaedro, pero al llenarlo de aire, las caras de este poliedro se estiran y se curvan; de ahí que lo llamemos “truncado”.

La primera natación de una figura de este tipo es en la antigua Grecia, dónde jugaban con “balones” hechos con 12 trozos de fieltro rellenos de telas y trapos.

Actualmente llamamos “Poliedros semirregulares de Arquímedes” a los 13 poliedros, verdaderas maravillas geométricas, desde el compuesto por 8 caras, hasta el de 62 caras y nombre algo complejo: “Rombicosidodecaedro”. El mismo Pitágoras fue capaz de describir 11 de ellos.

Poliedros Arquimideanos

Pero aquí no termina la geometría del fútbol, ya que podemos tratar brevemente las medidas y relaciones del terreno de juego. Las reglamentarias varían en función a las competiciones (difieren entre la competición nacional e internacional); para las competiciones internacionales son las comprendidas entre 100 y 110 metros de largo por 64 y 75 de ancho; para las nacionales: entre 90 y 120 de largo y los 45 a 90 metros de ancho.

Estas medidas, no son al azar. Puedes recordar esa proporción que denominamos Aurea que encontramos en terrenos de juego como en el del Real Madrid C. F., o el del Barcelona C. F.

LA PROPORCIÓN AUREA. RINCON DEL PENSAMIENTO LOGICO

Bueno, aquí vienen mis propuestas didácticas:

  1. Imprime, recorta y monta el siguiente poliedro, cuanta sus caras, nombralás y descubre de qué se trata.

voetbal1Imagen poliedro para imprimir

  1. Busca las medidas de los terrenos de juego de los diferentes equipos de primera división y calcula cual de ellos se acerca más a la proporción áurea. Establece un ranking con los diferentes camapos.

Medidas de los campos de 1º División

Como siempre, esperamos vuestros comentarios y experiencias en el aula.

Un saludo.